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| De la serie gobernantes de ayer y de hoy: | |||
| Julio César | |||
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| Nacimiento | -100 ó 100 a.C. | ||
| Muerte | ¿? | ||
| Cargo | Dictador y pizzero. | ||
| Ideología | Cesarista | ||
| Nacionalidad |  Romano
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| Cónyuge | Tuvo más de una | ||
| Dinastía | Cesarea | ||
| Notas | Veni, Vidi, Masacri | ||
Callo Julio César fue un general golpista de la segunda república de Roma. Orador, tribuno, militar y fontanero, Julio César es el ejemplo vivo de lo que puede llegar a ser un hombre de verdad si no cae en la adicción al fútbol o a las revistas guarras y se le deja beber todo el vino que le cabe en el cuerpo. Como Hitler, conquistó Francia, atacó sin éxito Inglaterra con muchos aviones y era enemigo de los judíos. César dio un golpe militar contra la república y se convirtió en generalísimo tras una guerra civil, iniciando una persecución de sus rivales que le llevaría por medio mundo, visitando lugares tan dispares como China, la URSS y Canadá. Los principales enemigos de César en el plano internacional fueron Astérix y Obélix, agentes de la resistencia francesa contra los invasores que le derrotaron en la batalla definitiva por tomar todas las Galias, César, además de dar golpes de estado y conquistar países, sabía dar grandes discursos frente a masas, como Hitler y Mussolini. Fue asesinado mientras tomaba un baño, por revolucionarios izquierdistas, entre los que se encontraban Che y ZP. Su vil asesinato desató una nueva guerra civil entre sus partidarios, liderados por Francisco Frasco, otro generalísimo al que prestó ayuda en su guerra civil, y sus enemigos, liderados por una coalición formada por hordas vándalas, británicas, y por USA, que ganaron finalmente la guerra, instalando en el poder a un súbdito congoleño llamado Giuseppe Verdi. Los hechos de armas y la vida de César fueron narrados por el gran cronista Pío Moa. Se hizo famoso por haber escrito La guerra de las galaxias.
Pasó un tiempo en la Costa del Sol española especulando con terrenos y conquistando chiringuitos de playa tras lo cual decidió volver a Roma con el botín conseguido y fundar un bar de tapas a orillas del rio Hostias. Sin embargo, una funesta tarde de los idus de marzo, un grupo de colegialas francesas borrachas destruyó su bar arruinándolo todo. Como venganza se propuso destruir la Galia.
César nació en un burdel del Bronx y creció en una ruidosa familia de inmigrantes comunistas. Su padre murió en la Primera Guerra Mundial y él tuvo que trabajar como pizzero hasta los treinta y siete años para mantener a su madre y a sus veintinueve hermanos. Mientras pudo, fue a la escuela calvinista de Nuremberg, donde se le inculcó el temor a Dios y a los rojos, la falta de respeto a las leyes que no hubiera inventado él, y leyó autores como Hitler y Stalin, cuyos hechos y logros inspiraron al muchacho, que pronto comenzó a reclutar en las calles de Roma a un ejército de amigos que bautizó como “los camisas pardas”.
Desde su juventud demostró tener grandes dotes para el mando militar, lo que le llevó a ingresar con 16 años en la Liga Master del Risk batiendo un record de precocidad. Desde su juventud César era un gran mujeriego que se tiraba a todo lo que veía (tíos y tías). Esto le granjeó la enemistad de poderosos enemigos como Pompeyo Magno. Años después, se cuenta que, como los demas romanos se acabaron el alcohol y ya no habia mas porros, se fue a Francia, que entonces se llamaba la Galia (Dios sabrá porqué) a buscar mas, pero como todos se reían de él, se lió a hostias y se quedó más solo que la una. De vuelta a Roma, Juan Pablo II le dijo que se había pasado un poco y que ahora había que joderse y ser emperador, a lo que Julio César aceptó; con gran cabreo por parte de Napoleón que, prisionero primero en la Isla de Elba y luego en Guantánamo, no había podido defender Francia de César y Hitler.
Un buen día descubrió que era primo tercero de Al Capone, un rico aristócrata. Él hizo que consiguiera cargos importantes en el ejército africanista, llegando a ser cabo primero. Ayudó a ello que su madre se casara con el general Franco, gran militar y reconocido estadista mundial. Pero todas sus ambiciones se vieron frustradas por el estallido de una guerra civil, y al combatir en el bando de los perdedores, fue encerrado en Alcatraz con Al Capone, Sanjurjo y Nelson Mandela, los cabecillas del ejército rebelde.
Tras seis meses de duro encierro, su madre murió, dejándole las propiedades de tres lápices, uno rojo, otro blanco y otro negro, que inspiraron a César en su plan de venganza. Como sus jefes habían sido ejecutados al garrote vil, decidió vengar su memoria. Tras volver a Roma, reorganizó los camisas pardas y arrasó con ellos una ciudad llamada Pompeya. Tras ello, entraron en Roma y profanaron una mezquita al confundirla con una sinagoga, lo que dio lugar la decimoséptima intifada. Viendo la peligrosidad de aquel hombre, Berlusconi, el primer ministro, trató de atraerlo a su partido, pero para su sorpresa, César prefirió pasarse a las filas de Maquiavelo, rival de Berlusconi en la política italiana. Por eso, Berlusconi envió sicarios a capturarlo y asesinarlo, pero lo peor fue que confiscó toda su fortuna. César tuvo que huir de Roma, y pasados tres días, aceptó la oferta de Berlusconi. Puso a su servicio a los camisas pardas para que hicieran una batida por todo el país matando a los partidarios de Maquiavelo, entre los que se encontraba Krusty el payaso, que consiguió escapar a los Estados Unidos en el Titanic.
Tras obtener el perdón de Berlusconi, se marchó con el ejército a combatir a los moros en el norte de África. Allí conoció a Mussolini, un joven cabo de infantería, con quien hizo buenas migas. César ganó la cruz al mérito militar al derrotar al ejército argelino y al hacer crucificar a todos los prisioneros a lo largo de la costa. Tras este hecho, le fue encomendada la misión de capturar a Osama Bin Laden, que al parecer consiguió huir y ponerse a salvo en España.
Tras la muerte de Berlusconi, César volvió a Roma y se hizo abogado en un bufete de mala reputación. Su primera víctima fue Mussolini, quien acusado de pertenecer a una organización de ideología fascista le pidió que dirigiera su defensa… y perdió. Su gran amigo Mussolini fue condenado a remar en las galeras de Felipe II durante doscientos años. Sufrió una gran depresión y se volvió adicto al alcohol, lo que le obligó a viajar a los Alpes para hacer reposo. Eso fue muy apreciado por la opinión pública, e incluso por su nuevo rival, Giussepe Verdi.
A su regreso a Roma tres días después, César fue nombrado general de brigada y fue enviado a España para servir a las órdenes del general Francisco Franco en la reconquista de Cuba. La victoria fue grande, y el generalísimo fue generoso. En el sorteo de propiedades le correspondió un alto cargo en la Habana. Allí conoció al Zorro, otro militar del ejército franquista, que se convirtió en consejero y amigo de futuro dictador. Por aquellos tiempos, César tuvo un sueño que le predecía el dominio del mundo.
Cuando volvió a Roma continuó su carrera como abogado hasta ser elegido edil de la villa de Livorno. Su éxito como edil fue una ayuda importante en su elección como cardenal. En el día de su elección hubo sospechas de un atentado islámico en su contra, lo que obligó a Verdi a desplegar a los camisas pardas en torno a la basílica de San Pedro para proteger a César. Su estreno como cardenal estuvo marcado por un escándalo. Se casó con una ramera que había conocido durante su adolescencia. Por ello tuvo que abandonar el cargo, aunque fue nombrado líder supremo de los camisas pardas.
Un año después fue elegido como copresidente de los camisas pardas su enemigo Verdi, miembro del PCUS y amigo de ZP. Viendo que su poder peligraba, César se alió con dos hombres tan legendarios como él: Ben-Hur, general judío de mucha reputación en el mundo del espectáculo y su antiguo amigo El Zorro. La alianza fue todo un éxito y Verdi marchó al exilio al Tercer Reich. Tras esta gran victoria, Franco animó a César a emprender la conquista de Francia, punto de partida de las graves incursiones de maquis que incordiaban a Franco. César se animó y con una hueste de camisas pardas, arrasó Francia de punta a punta, Suiza y Bélgica. César fue maestro supremo de la guerra relámpago, conocida como “Blitzkrieg”.
Los suizos fueron barridos del mapa, también los belgas dejaron de existir como nación, y frente a la legión extranjera francesa obtuvo una sonada victoria en París. Tras llegar, ver y vencer, toda la Galia se encontraba bajo su mando, aunque en realidad un grupo de galos yonquis se resistía a ser dominados por los romanos. Este extraño foco de resistencia estaba comandado por El Francés que al grito de «¡Mi abuelo malloquí, mi padre malloquí, yo malloquí!» enervaba a sus tropas para la lucha. Pero todo se truncó con la aparición de dos grandes enemigos: Astérix el galo y su amigo Obélix, que tras negociar con César el límite de las tierras ocupadas por ellos, le plantaron cara y le vencieron en Normandía, aunque se vieron incapaces de invadirle en su propio territorio, y entonces, Francia ya era provincia italiana.
Cansado de esperar a que pase el invierno, tomó un barco y se fue a la investigación de ese extraño mito. Nada más poner un pie en la playa, de lo que es hoy Dover, dijo su frase más celebre, «hay III clases de personas: las que saben contar y las que no». Acto seguido le pone el nombre de América del Este y tras comprobar que la población indigena no para de beber un caldo con bolsitas se retira de nuevo a las Galias. Es en este momento cuando conoce al que será su mejor amigo Flavio Briatore. Briatore le enseña todo el arte de la guerra y le regala un llavero con su foto. Es entonces cuando reta públicamente a El Francés a un combate al Risk, éste acepta el reto y como sabido es que César siempre hacía trampas le ganó con una facilidad pasmosa, por lo que fue desterrado a Mallorca donde vive aun hoy en día.
Para dominar el mundo, decidió ceder el control de las zonas más incultas a aristócratas incompetentes. Así, cedió la Hispania a Esperanza Aguirre, que construyó trenes de alta velocidad que sólo tenían parada delante de su casa; y Norteamérica a George Bush que invadió Mesopotamia para disimular la humillación que le producía que un desconocido ocupara su despacho sin permiso mientras le hacían incontables mamadas. Su hijo finalmente desalojó al intruso, pero a él no se la querían chupar, así que volvió a invadir Mesopotamia, más por conservar la tradición familiar (y por falta de ideas propias) que por convicción. El resultado fue tan desastroso que Plutón dejó de ser un planeta y se fue a Benalmádena a comer raciones de calamares y sangría.
Tan grande había sido su exito que todos los senadores romanos lo odiaban con mucha insidia, por lo que antes de que regresase a Roma lo declaran enemigo de la República y del pueblo romano gracias a las influencias de Pomeyo Magno y Catón. Una antigua ley romana impedia cruzar el rio Rubik. A César le daba igual así que lo cruzó al grito de la celeberrima frase"O follamos todos, o la puta al río". El hecho de cruzar el río provoca la Guerra Civil.
Pero a pesar de sus éxitos y de los beneficios de la conquista, César continuaba siendo poco popular en su propio partido. La muerte en un accidente de avión del Zorro mandó el pacto a la porra. Los izquierdistas se aliaron con Ben-Hur y obligaron a César a disolver sus camisas pardas, o de lo contrario sería enviado a la Isla del Diablo a cavar en las minas. César escupió sobre esta amenaza y reunió a la totalidad de sus hombres, preguntándoles si estaban dispuestos a marchar sobre Roma para que él pudiese reclamar el trono. Entonces, César cruzó en Rubicón y barrió Italia de punta a punta llegando a Roma y ordenando fusilar a todos los senadores. Ben-Hur fue capturado con ellos y fue entregado a Hitler, que le buscaba desde hacía meses al enterarse de que era judío.
Para su sorpresa llega a Roma sin ningún tipo de resistencia y para mayor sorpresa todavía, los Gañan de sus enemigos olvidan toda su colección de fichas del Risk en el Templo de Jupiter, donde se guardaban los tesoros. Pasa varios meses combatiendo contra Jack Bauer y su acólitos conquista al fin 18 territorios, esto automáticamnte le certifica como ganador y se convierte en dictador vitalicio de Roma. Su fama llegó hasta Egipto, donde folló con la faraona Cleopatra, quien más tarde, sería amante de Marco Antonio (no el Buki Solis, para que no os confundáis).
Todo el Imperio estaba ya en su poder, y se nombró a si mismo dictador perpetuo. Sus experiencias en la escuela de Nuremberg le llevaron a inventarse leyes estúpidas, como la obligación a pagar por comprar algo o los peajes. Además envió a sus enemigos políticos a Alcatraz como venganza por la muerte de Al Capone. Los camisas pardas fueron su policía militar, destinada a perseguir rebeldes y criminales. Mucho se ha dicho sobre la inteligencia de Julio César, pero el haber perdonado a todos sus enemigos y haberlos dejado conspirar tranquilamente en sus villas romanas, hace que algunos historiadores actuales, entre ellos Pío Moa, se replanteen si todas sus actuaciones no fueron nada más que producto de la casualidad.
Cuando todo parecía ir bien, un comando terrorista atacó por sorpresa la residencia de César en el Vaticano. Los camisas pardas se enfrentaron a ellos, pero eran demasiados. César fue cogido por sorpresa en el baño. Allí, el Che, que lideraba el grupo le asestó doce puñaladas, ZP, siete y los demás, media docena cada uno. Así acabó la dictadura de César y comenzó el gobierno de Giussepe Verdi, que duraría una semana hasta la dictadura de Mussolini, que había sido puesto en libertad por César.
Uno de los misterios sin resolver es cual fue exactamente la frase que dijo justo antes de morir. De nuevo no hay consenso entre los historiadores.
Otros estudios posteriores han tratado de desmentir dichas teorías pero lo cierto es que un aura de misterio envuelve el asesinato del casi emperador romano más famoso de la historia. Otro misterio de muerte es que si:
La caja de Julio César es un método de criptografía desarrollado por él mismo para poder enviar mensajes de contenido confidencial sin que los mensajeros pudieran leerlos, o, en caso de ser capturados, tampoco pudieran hacerlo sus enemigos.
El método consiste en elaborar un mensaje con un número de letras que sea el cuadrado de un número natural; es decir, que un mensaje válido es aquel que contenga 16, 25, 36, 49 letras, que son el cuadrado de 4, 5, 6, 7 respectivamente.
Como ejemplo tomemos la frase: Esta sección es una mierda. Esta frase tiene 16 letras, pues el espacio no cuenta.
Eliminamos el espacio de la frase: Estaseccionesunamierda.
Ordenamos las letras en una matriz de 4 filas y 4 columnas (de ahí la importancia del número al cuadrado) llenándola con las letras columna a columna, como sigue:
ESISMD
SEOUIA
TCNNE
ACEAR
Y por último, el mensaje cifrado serán las mismas letras, pero cogidas fila por fila desde la matriz; el resultado será:
ESISMD SEOUIA TCNNE ACEAR
Que tal y como se presenta, no tiene ningún significado aparentemente, pero es una perfecta indirecta.
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